viernes, 29 de agosto de 2008

José Luis y Germán


Estos días he estado leyendo la autobiografía de Marcos Ana y, en ella cita en varias ocasiones a mi "tio" José Luís Gallego, no cita a Germán, mi padre, a pesar de que fue quien hasta 1950, cuando salió del penal de Burgos, le escribió todo lo que José Luís creaba pero no podía transcribir al haberse quedado casi ciego después de ser operado de cataratas. José Luís y Germán se autodenominaban hermanos y, por lo tanto, yo hijo de Germán, fui su sobrino (así me lo escribió en la dedicatoria que me hizo de su obra poética Prometeo XX cuando me la regaló el día de mi boda, allá en el lejano Octubre de 1977). También la hija de José Luís, Maite, llamaba tio Germán a mi padre, y así volvió a hacerlo hace unas semanas cuando lo reencontró gracias a este foro.
Prometeo XX, la obra que he citado, publicada su primera edición por El Bardo en 1970. Es, como dice la reseña de su contraportada, "el centro de su obra poética". Dividida en cinco partes, comienza con su detención y finaliza en un capítulo de desesperación por los años de prisión a los que no veía fin, y por la separación forzosa durante esas larguísimas dos décadas de su mujer y su hija.
Entre la treintena aproximada de poemas que configuran el libro, dos se los dedica a Germán. A mi, su hijo, me enorgullece que las escribiese y, también, me enorgullece leerlas.
La primera está al final del primer capítulo y, sencillamente, se titula:


A Germán

¿De qué me sirve, amigo, ser poeta,
tener por corazón flores y juncos,
si estas flores, amigo, si estos juncos...?
¿Dónde está el agua? ¿Seco está el planeta?

Tantos ríos... y mira esta violeta.
Tantos ríos... y están mis ayer juncos
como si nunca hubieran sido juncos...
¡Sólo aguas de diana y de retreta!

Sólo agua de diana... Y la diana
es un agua estancada, un agua insana.
Igual que la retreta. Dos viciosas.

... Y mis flores se secan (¡tantos ríos
AllíFuera...!), y mis juncos. (¡Juncos míos!)
Dan ganas de matar...¿se?, entre otras cosas.

Es un soneto desgarrado, desesperado, cargado de emociones y que cuando releo me hace sentir una rabia infinita hacia semejante injusticia.

El segundo poema forma parte del tercer capítulo, titulado la Juventud Perdida. Es un capítulo dividido en dos tiempos y un tiempo final. En el segundo tiempo el poema VIII se titula:

- El héroe total -
Germán Alonso Pérez

Hermano, mira en ti. Más que en mi mismo,
mira en ti, que aún su verde sol te abrasa.
Mas no, no. Porqué tú ni tan siquiera
tuviste adolescencia, hijo de España.

Siempre fuiste heroísmo. Algo tan serio,
que me pone en los ojos más que lágrimas.
Algo tan grave, hermano, tan profundo,
como el sentirse lleno de estocadas.

Ni siquiera niñez. Yo tuve una
como un cuento ilustrado con estampas.
Fui quizá un niño un poco solitario.
Mas niño al fin; al menos en el alma.

Pero, hermano, tú...; tú, hermano mío,
todas las destrozaste. Fue tu infancia,
tu adolescencia fue, tus juventudes
- tu ahora -, un heroísmo. Y... no se acaba.

Leyéndolo , ahora una vez más, agradezco a José Luís que lo escribiera y admiro, más si cabe, el sacrificio infinito de mi padre.

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